Señor Jesús,
elevo a Ti mi pensamiento y mi corazón,
deseoso de realizar un encuentro contigo ahora.
Sé que estas vivo y resucitado.
Creo que eres Dios y por ser Dios,
éstas presente en todas partes y
por tanto estás aquí conmigo.
Ven Jesús, ven y quédate.
Necesito de tu presencia.
Tú haz venido a curar los
corazones heridos.
Cura el mío Jesús,
yo creo en tu poder salvador
y liberador.
Te pido que ahora me toques y cures mi alma,
mi mente, mi memoria y todo mi espíritu.
Basta que digas una sola palabra y
quedaré sano.
Amén.
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