Devoción de la Divina Misericordia

Nuestro señor Jesús en su infinito amor hacia nosotros le pide a Santa Faustina Kowalska entregarnos este mensaje que viene lleno de misericordia para así  transformar nuestra vida, nuestros corazones y nuestros hogares.
Lo único que nuestro Señor nos pide es Confiar en él y en sumergirnos en su eterno amor, compartir esa misericordia con los demás así como él nos brinda su misericordia.

Te pido que por favor te tomes el tiempo en leerlo, en entender y descubrir el hermoso mensaje que Jesús nos entrega con Santa Faustina.
Gracias...
El inicio de la Devoción

La devoción a la Divina Misericordia comenzó el 22 de febrero de 1931. Sor Faustina  tiene su primera revelación de Jesús en el pueblo de Plock, Polonia. En esa fecha Santa Faustina nos dice en su diario lo que Nuestro Señor Jesús le menciona:

En la noche cuando estaba en mi celda, vi al Señor Jesús vestido de blanco. Una mano estaba levantada en ademán de bendecir y, con la otra mano, se tocaba el vestido, que aparecía un poco abierto en el pecho, brillaban dos rayos largos: uno era rojo y, el otro blanco. Yo me quedé en silencio contemplando al Señor. Mi alma estaba llena de miedo pero también rebosante de felicidad. Después de un rato, Jesús me dijo:
Pinta una imagen Mía, según la visión que ves, con la Inscripción: "¡Jesús, yo confío en Ti!”. Yo deseo que esta Imagen sea venerada, primero en tu capilla y después en el mundo entero. Yo prometo que el alma que honrare esta imagen, no perecerá. También le prometo victoria sobre sus enemigos aquí en la tierra, pero especialmente a la hora de su muerte. Yo el Señor la defenderé como a Mi propia Gloria.
Cuando contó en confesión lo que le había ocurrido, el padre le dijo que seguramente Jesús deseaba pintar esta imagen en su corazón pero ella sentía que Jesús le decía:

"Mi Imagen ya está en tu corazón. Yo deseo que se establezca una fiesta de la Misericordia y que esta imagen sea venerada por todo el mundo. Esta fiesta será el primer domingo después de Pascua. Deseo que los sacerdotes proclamen esta gran misericordia Mía a los pecadores."Como pedido del confesor, Santa Faustina le preguntó al Señor el significado de los dos rayos que aparecen en la imagen emanando del corazón. Nuestro Señor Jesús le responde:

"Los dos rayos significan Agua y Sangre. El rayo pálido representa el Agua que justifica a las almas; el rayo rojo simboliza la Sangre, que es la vida de las almas.

Estos dos rayos brotaron de las entrañas más profundas de Mi tierna misericordia, cuando mi corazón agonizado fue abierto por una lanza en la Cruz... Bienaventurado aquel que se refugie en ellos, porque la justa mano de Dios no le seguirá hasta allí".

El Señor Jesús manifiesta en su Corazón, el agua y la sangre que de él brotaron como manantial de reconciliación para todos los hombres.

A partir de 1931, Santa Faustina, continúo con más revelaciones de Jesús. Las cuales escribió en su diario de más de 600 páginas. 
La santa sede permitió la devoción, esto sucede a partir del 15 de abril de 1978 cuando dejo de ser prohibida la devoción a la Divina Misericordiosa.

Una de las cosas por la que estuvo prohibida la devoción fue debido a una mala traduccion del texto.

Coronilla de la Divina Misericordia

El Señor Jesús dictó esta oración a Sor Faustina entre el 13 y el 14 de septiembre de 1935 en Vilna, como una oración para aplacar la ira divina (vea el Diario, 474 – 476).

Estando yo en mi celda, vi al ángel, ejecutor de la ira de Dios.  Tenía una túnica clara, el rostro resplandeciente; una nube debajo de sus pies, de la nube salía rayos y relámpagos e iban a las manos y de su mano salían y alcanzaban la tierra.  Al ver esta señal de la ira divina que iba a castigar la tierra y especialmente cierto lugar, por justos motivos que no puedo nombrar, empecé a pedir al ángel que se contuviera por algún tiempo y el mundo haría penitencia.  Pero mi suplica era nada comparada con la ira de Dios.  En aquel momento vi a la Santísima Trinidad,  que irradiaba Majestad y Santidad incomparables y no me atreví a repetir la plegaria.  En aquel mismo instante sentí en mi alma la fuerza de la gracia de Jesús que mora en mi alma; al darme cuenta de esta gracia, en el mismo momento fui raptada delante del trono de Dios.  Oh, que grande es el Señor y Dios nuestro e inconcebible su santidad.  No trataré de describir esta grandeza porque dentro de poco la veremos todos, tal como es.  Me puse a rogar a Dios por el mundo con las palabras que oí dentro de mi.
 
Cuando así rezaba, vi la impotencia del ángel que no podía cumplir el justo castigo que correspondía por los pecados.  Nunca antes había rogado con tal potencia interior como entonces.  Las palabras con las cuales suplicaba a Dios son las siguientes:

Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, por nuestros pecados y los del mundo entero.  Por su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros.

A la mañana siguiente, cuando entré en nuestra capilla, oí esta voz interior: Cuantas veces entres en la capilla reza en seguida esta oración que te enseñé ayer. Cuando recé esta plegaria, oí en el alma estas palabras: 

Esta oración es para aplacar Mi ira, la rezarás durante 9 días con un rosario común, de modo siguiente:  
Primero rezarás una vez el Padre nuestro y el Ave María y el Credo, después, en las cuentas correspondientes al Padre nuestro, dirás las siguientes palabras:  Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero; en las cuentas del Ave María, dirás las siguientes palabras:  Por su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.  Para terminar, dirás tres veces estas palabras: Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.

El Señor ha prometido que las almas que recen esta coronilla serán abrazadas con Su Misericordia durante su vida y especialmente en la hora de su muerte.

"Alienta a las personas a recitar la Coronilla que te he dado... Quien la recite, recibirá gran misericordia a su hora de la muerte. Los sacerdotes la recomendaran a los pecadores como su último refugio de salvación. Aún si el pecador mas empedernido recite esta Coronilla al menos una vez, recibirá la gracia de Mi infinita Misericordia. Deseo conceder gracias inimaginables a aquellos que confían en Mi Misericordia."

"Escribe que cuando reciten esta Coronilla en presencia del moribundo, Yo me pondré entre mi Padre y él, no como Justo Juez sino como Salvador Misericordioso."


La Hora de la Misericordia 
(Las 3 de la Tarde)

En octubre de 1937, el Señor Jesús encomendó adorar la hora de su muerte:   
“Cuantas veces oigas el reloj dando las tres, sumérgete en Mi misericordia, adorándola y glorificándola; suplica su omnipotencia para el mundo entero y, especialmente, para los pobres pecadores, ya que en ese momento, se abrió de par en par para cada alma”.

"A la hora de las tres imploren Mi misericordia, especialmente por los pecadores; y aunque sea por un brevísimo momento, sumérgete en Mi Pasión, especialmente en Mi desamparo en momento de agonía. Esta es la hora de gran misericordia para el mundo entero. Te permitiré entrar dentro de Mi tristeza mortal. En esta hora, no le rehusare nada al alma que me lo pida por los méritos de Mi Pasión."

El Señor Jesús definió bastante claramente los propios modos de orar de esta forma de culto a la Divina Misericordia. “En esa hora – dijo a Sor Faustina – procura rezar el Vía Crucis, en cuanto te lo permitan tus deberes; y si no puedes rezar el vía crucis, por lo menos entra un momento en la capilla y adora en el Santísimo Sacramento a Mi Corazón que está lleno de misericordia.  Y si no puedes entrar en la capilla, sumérgete en oración allí donde estés, aunque sea por un brevísimo instante”.

Por petición del Santo Padre Juan Pablo II, se hizo el estudio teológico del diario de Sor Faustina, el Padre Ignacy Rózycki  fue quien hizo un profundo análisis que duró 10 años. Fue antiguo profesor de Juan Pablo II y director de su tesis sobre Max Scheler.

Concluye el resultado del estudio y el 15 de abril de 1978 la Santa Sede autoriza las revelaciones de la divina misericordia.

El Padre Rózycki habla de tres condiciones para que sean escuchadas las oraciones de esa hora:

       1. La oración ha de ser dirigida a Jesús.
       2. Ha de ser rezada a las tres de la tarde.
       3. Ha de apelar a los valores y meritos de la Pasión del Señor.

“En esa hora – prometió Jesús – puedes obtener todo lo que pidas para ti o para los demás.  En esa hora se estableció la gracia para el mundo entero: la misericordia triunfó sobre la justicia”.


La Fiesta de la Misericordia.

"En aquel día están abiertas las entrañas de Mi Misericordia. Derramaré un mar entero de gracias sobre las almas que se acercan al manantial de Mi misericordia; el alma que se confiese [dentro de ocho días antes o después] y comulgue [el mismo día] obtendrá la remisión total de culpas y castigos"

 La primera vez que nuestro Señor Jesús le hablo a Santa Faustina sobre establecer una fiesta fue en el pueblo de Plock, Polonia en el año 1931. Fue cuando le comunico a Santa Faustina su deseo de que pintaran la imagen:
“Deseo que haya una Fiesta de la Misericordia.  Quiero que esta imagen que pintarás con el pincel sea bendecida con solemnidad el primer domingo después de la Pascua de Resurrección; ese domingo debe ser la Fiesta de la Misericordia”

La elección del primer domingo después de la Pascua de Resurrección para la Fiesta de la Misericordia, tiene su profundo sentido teológico e indica una estrecha relación entre el misterio pascual de redención y el misterio de la Divina Misericordia.  Esta relación se ve subrayada aun más por la novena de la coronilla que antecede la Fiesta y que empieza el Viernes Santo.
La fiesta no es solamente un día de adoración especial de Dios en el misterio de la misericordia, sino también el tiempo en que Dios colma de gracias a todas las personas. 
“Deseo – dijo el Señor Jesús – que la Fiesta de la Misericordia sea un refugio y amparo para todas las almas y especialmente para los pobres pecadores. Las almas mueren a pesar de Mi amarga Pasión.  Les ofrezco la última tabla de salvación, es decir, la Fiesta de Mi Misericordia.  Si no adoran Mi misericordia morirán para siempre”

Las promesas extraordinarias que el Señor Jesús vinculo a la Fiesta demuestran la grandeza de la misma.


“Quien se acerque ese día a la Fuente de Vida – dijo Cristo – recibirá el perdón total de las culpas y de las penas”. “Ese día están abiertas las entrañas de Mi misericordia.  Derramo todo un mar de gracias sobre aquellas almas que se acercan al manantial de Mi misericordia;  (….)  que ningún alma tenga miedo de acercarse a Mí, aunque sus pecados sean como escarlata”

Para poder recibir estos grandes dones hay que cumplir las condiciones de la devoción a la Divina Misericordia (confiar en la bondad de Dios y amar activamente al prójimo), estar en el estado de gracia santificante (después de confesarse) y recibir dignamente la Santa Comunión.  


“No encontrará alma ninguna la justificación – explicó Jesús – hasta que no se dirija con confianza a Mi misericordia y por eso el primer domingo después de la Pascua ha de ser la Fiesta de la Misericordia.  Ese día los sacerdotes deben hablar a las almas sobre Mi misericordia infinita”.


La próxima fecha de la fiesta de la misericordia es el
domingo 1 de mayo del 2011

La Novena.
"Deseo que durante esos nueve días traigas almas a la fuente de Mi misericordia, que de allí podrán tomar fuerza y consuelo y cualquier gracia que necesiten en las adversidades de la vida, especialmente en la hora de la muerte."

La propagación de la divina Misericordia

El Padre Rózycki distingue además la propagación de la devoción a la Divina Misericordia, porque con ella también se relacionan algunas promesas de Cristo.

“A las almas que propagan la devoción a Mi misericordia, las protejo durante toda su vida como una madre cariñosa a su niño recién nacido y a la hora de la muerte no seré para ellas el Juez, sino el Salvador Misericordioso”

La esencia del culto a la Divina Misericordia consiste en la actitud de confianza hacia Dios y la caridad hacia el prójimo.

El Señor Jesús exige que “sus criaturas confíen en El”  (Diario, 1059) y hagan obras de misericordia: a  través de sus actos, sus palabras y su oración.  “Debes mostrar misericordia al prójimo siempre y en todas partes.  No puedes dejar de hacerlo, ni excusarte, ni justificarte” (Diario, 742).  Cristo desea que sus devotos hagan al día por lo menos un acto de amor hacia el prójimo.

La propagación de la devoción a la Divina Misericordia no requiere necesariamente muchas palabras pero sí, siempre, una actitud cristiana de fe, de confianza en Dios, y el propósito de ser cada vez más misericordioso.  Un ejemplo de tal apostolado lo dio Sor Faustina durante toda su vida.


La fuente que utilice para colocar el mensaje de Jesús fue el diario de Santa Faustina que se llama: La Divina misericordia en mi alma, diario de Santa María Faustina Kowalska.  
Próximamente colocaré el diario en el blog para que lo puedan descargar.

Espero que reciban en su corazón la misericordia de Jesús y que siempre confíen en él porque… él te ama como nadie podrá  llegar a amarte.

Anímense, tómese su tiempo para leer este hermoso mensaje que si es aceptado por ti, te ayudará a reencontrarte con ese ser maravillo que es nuestro señor Jesús.

Todos necesitamos de Dios y todos somos aceptados sin importar nuestros defectos o nuestros pecados. 
El señor siempre es justo y necesario. Dio su vida por nosotros y ahora es nuestro turno de darle nuestro amor a él, demostrándole cada día que podemos ser mejores personas, mejores hermanos, mejores hijos, mejores esposos, mejores padres y también mejores con aquellos que no conocemos pero tenemos que tratarle, ya sea en tu trabajo, en la calle, en el banco o en cualquier lugar al que vayas siempre demostrar que crees en Dios, que amas a Dios y que siempre tratas de ser alguien mejor ante los ojos del Padre.

Sería un lindo ejemplo para aquellos que aún no conocen a Dios, no lo crees?

Acuérdate siempre de Jesús, pues el siempre piensa en ti. 
Confía en Jesús, pues el confía en que tu vas a volver a mirarlo, a contemplarlo, a darle aunque sea unos minutos de tu tiempo. 
El siempre te está esperando…. Toca tu puerta incesantemente sin cansarse.

Ahora... es tiempo de que decidas abrirla…. Lo harás o lo dejaras afuera?
No tengas miedo, el sólo quiere amarte, quiere que te reconcilies con él sin importar el pasado, ni lo que hayas hecho. Ten la esperanza de que siempre vas a encontrar en él el amor más puro y leal que jamás hayas sentido.


Tú para el significas todo, recuerda que él ha dado todo por ti.

No te olvides…. Confía en Jesús siempre, sin importar las circunstancias  y núnca dejes de amarlo.

Gracias y que Jesús siempre derrame misericordia y bendiciones sobre todos ustedes.

Andrea
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