sábado, 10 de enero de 2009

María Auxiliadora


Los cristianos de la Iglesia de la antigüedad en Grecia, Egipto, Antioquía, Efeso, Alejandría y Atenas acostumbraban llamar a la Santísima Virgen con el nombre de Auxiliadora, que en su idioma, el griego se dice con la palabra Boetéia, que significa La que trae auxilios venidos del cielo.
El 9 de junio de 1868, se consagró en Turín, Italia, la Basílica de María Auxiliadora. La Historia de esta Basílica es una cadena de favores de la Madre de Dios. Su constructor fue San Juan Bosco. La Santísima Virgen se le había aparecido en sueños y le pidió que le construyera un Templo y que la invocara con el título de Auxiliadora. Desde aquel santuario empezó a extenderse por el mundo la devoción, y son tantos los favores que Nuestra Señora concede a quienes la invocan, que ésta devoción ha llegado a ser una de las más populares.
Su fiesta se celebra el 24 de Mayo.


Oraciones a María Auxiliadora

En una necesidad.
Necesito un favor especial, y confiado en vuestra bondad a vos recurro, poderoso auxilio de los cristianos. Conocedor de las innumerables mercedes que diariamente concedéis a vuestros devotos, he puesto siempre en vos toda mi confianza; y hoy humildemente postrado a vuestras plantas, os suplico con todo el fervor de mi alma me concedas mi necesidad.
(Exponga la gracia que se desea obtener)
Bien sé, Madre querida que yo no merezco nada; y aún temo que mis culpas sean al fin obstáculo de vuestra bondad. Más vos podéis, dulcísima Señora, sacarme de este lastimoso estado y hacer que sirva con fidelidad a vos y a vuestro divino Hijo, a fin de que yo también pueda experimentar la maravillosa eficacia de vuestro sano auxilio.
María Auxilio de los cristianos, rogad por nosotros.

Novena de confianza.
Madre amable de mi vida auxilio de los cristianos, la pena que me atormenta, pongo en tus divinas manos. (Un Avemaría)
Tú que sabes mis congojas, pues todas te las confío, da la paz a los turbados y alivia el corazón mío. (Un Avemaría)
Y aunque tu amor no merezco, no recurriré a Ti en vano, pues eres madre de Dios y auxilio de los cristianos. (Un Avemaría)

Acuérdate, ¡Oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a tu protección haya sido abandonado; animado con esta confianza, me presento a ti. ¡Oh Madre de Dios!, no desoigas mis súplicas; escúchalas y acógelas benignamente, ¡oh clemente, oh dulce Virgen María!
(Pedir la gracia que se desea y rezar una Salve)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

:-) :-S :-P :-[ :-D }:-] X* ;-D :-| :-} :*) :-( ;-) XD