Dios de Luz, Bendito seas por cada día y por el año nuevo que nos regalas,
promesa de vida y de renovación.
Dios de ternura, bendito seas por el corazón de tantos hombres buenos,
y por las manos que se abren en señal de paz.
Dios y Padre de Jesucristo, bendito seas,
más aún, por la mirada de tu Hijo,
reflejo insondable de tu amor.
¡Bendito, glorificado y santificado seas por aquél
que abrazó nuestra carne y nos transfigura en tu luz!
Que con tu Iglesia te canten los ángeles en los cielos,
pues tú eres el Dios de los infinito y el Dios de toda ternura,
y es a Ti a quien aclamamos por este nuevo año.
Amén.
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