Padre Celestial, ahora que todo está en silencio; aquí al
pie de la cama mi alma se eleva hasta tí, para decirte: Creo en tí, te amo con
todas mis fuerzas, Gloria a tí Señor Jesús.
Deposito en tus manos, la fatiga y la lucha, las alegrías y
desencantos de este día que quedó atrás.
Si los nervios me traicionaron, si los impulsos egoístas me
dominaron, si le di entrada al rencor o a la tristeza, ¡Perdóname Señor! Ten
piedad de mí.
Si he sido infiel, si pronuncié palabras vanas, si me dejé
llevar por la impaciencia, si fui espina para alguien ¡Perdón, Señor!... No
quiero esta noche irme a dormir sin antes sentir en mi vida la seguridad de tu
misericordia, tu dulce misericordia; enteramente gratuita, Señor.
Te doy gracias, Padre mío, porque has sido la sombra que me
ha cobijado todo este día. Te doy gracias porque, invisible, cariñoso,
envolvente me has cuidado a lo largo de estas horas.
En paz me acostaré, y así mismo dormiré; porque sólo tú,
Padre, me haces vivir y dormir confiado. Me entrego confiado al sueño, Como un
niño que duerme feliz entre tus brazos.
Gracias Padre Celestial, por escucharme, por ser mi amigo fiel,
gracias te doy en el nombre Poderoso de mi Señor y Salvador JESUCRISTO.
Amén.
(Desconozco el autor)
(Desconozco el autor)
1 comentario:
Le doy gracias a dios por entrar a mi vida por q no fue tarde. Nunca me alejara de ti por q te amo y se que tu me amas a mi.
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